Eran Liberato, superior del monasterio, el diácono Bonifacio, el subdiácono Rústico y los monjes Siervo, Rogato, Séptimo y Máximo. Este último, un joven de apenas 15 años, merece mención particular. Los verdugos le ofrecieron la libertad con tal de que abandonara a sus hermanos. Pero él prefirió compartir con ellos el martirio a separarse de su compañía.