Hoy, cumpleaños de san Agustín, celebramos en una sola fiesta, junto a los santos y beatos de las tres Órdenes agustinianas reconocidas por la Iglesia, a todos los religiosos y religiosas justos, de toda lengua, raza y nación, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (cf. Ap 7, 9; 20, 12). Es una acción de gracias a Dios por los dones de santidad que copiosamente ha derramado en la historia de nuestras Órdenes, y una invitación a seguir las huellas de tantos hermanos y hermanas que han tomado en serio el Evangelio y su consagración al Señor.